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domingo, 27 de octubre de 2013

Alimentos ecológicos low-cost




No siempre comerse una manzana es tan sano como nos parece. La piel blandita y porosa de la manzana hace que todos los pesticidas que se utilizan en su cultivo se filtren al interior del fruto, convirtiéndola en la manzana envenenada del cuento. Muchas de las frutas y verduras que consumimos asiduamente tienen más de 30 tipos de químicos tóxicos distintos asociados a pesticidas que perjudican directamente al sistema endocrino, hormonal y nervioso.

Según afirmaba la PAN (Pesticide Action Network) en un documento que entregó a las autoridades comunitarias de Bruselas para que cambiaran la legislación europea sobre pesticidas, los alimentos más contaminados son (en orden de peligrosidad) las lechugas, los tomates, los pepinos, las manzanas, los puerros, los melocotones, las fresas, las peras, las uvas y los pimientos; aunque, por supuesto, esto es solo el top ten y hay muchos más que se podrían añadir a la lista. Esta organización recomendaba ya en 2012 evitar el consumo de estos alimentos de alto riesgo, sobre todo en el caso de niños y adolescentes, más vulnerables a las consecuencias nocivas de los químicos que contienen.

Los productos ecológicos son una buena alternativa para evitar estos químicos tan perjudiciales en nuestra dieta, pero no están al alcance de todos los bolsillos. Afortunadamente, hay unos cuantos alimentos no ecológicos que se pueden consumir con mayor tranquilidad debido a que no se utilizan tantos pesticidas para su cultivo. ¡Aquí va la lista!

Cebollas: parece ser que a los bichos no les gustan demasiado las cebollas, por esa razón, no se las baña de pesticidas tan intensamente como a otras verduras.
Piña: la piel dura y gruesa de la piña protege su interior de los dañinos pesticidas. Cuando comemos piña, la parte más expuesta a estos químicos acaba en la basura.
Aguacates: al igual que la piña, los aguacates tienen una piel muy rígida que no permite el paso de pesticidas. Así, cuando pelas el aguacate, le quitas la mayor parte de sus residuos químicos.
Coles: las coles, como el repollo o la lombarda, no necesitan mucha ayuda para crecer, por lo que no se las rocía con muchos pesticidas.
Guisantes: gracias a la vaina que los envuelve, los guisantes son de los productos convencionales más seguros.
Espárragos: al igual que las cebollas, los espárragos no resultan muy atractivos para los bichos, por lo que no se suelen utilizar muchos pesticidas para su cultivo.
Mangos: su piel gruesa protege el jugoso interior del mango de los químicos tóxicos. Aun así, debes lavarlos siempre antes de pelarlos para eliminar todos los residuos posibles.
Berenjenas: están entre las verduras más seguras gracias a esa piel tan gruesa y resbaladiza que las caracteriza.
Kiwis: aunque esa piel tan “peluda” no deja que los pesticidas penetren en su interior, es mejor que lo laves antes de pelarlo (a mí tampoco se me había ocurrido nunca lavar los kiwis antes de comerlos).
Batatas: las batatas o boniatos no solo son los que menos residuos químicos tienen, sino que además son ricos en nutrientes como el beta-caroteno, y durante el otoño puedes encontrarlos en cualquier frutería. ¡Aprovecha la temporada y prueba a hacer algún plato con batata! Una sugerencia es añadir una al puré de patatas casero (incluso al típico de bolsita, por aquello de añadirle algún nutriente).

Y, obviamente, otra opción más barata y recomendable para comernos una lechuga, un tomate o un pepino con toda la tranquilidad es plantarlos nosotros mismos. Sí, lo sé, suena a locura meter un huerto en el poco espacio que tenéis en la terraza, pero hay cosas que ocupan muy poquito y son de lo más agradecidas. Haz la prueba: pásate por un vivero, compra una jardinera pequeña, sustrato ecológico y tres plantones de lechuga (también puedes plantar semillas), riégalas todos los días y enseguida tendrás unas lechugas bien lozanas y hermosas. ¡La ilusión que te va a hacer comerte la lechuga que has plantado tú mismo no tiene precio! Lo mismo para los tomates o los pimientos; no hace falta que tengas un gran terreno, mismamente mis padres han plantado en su terraza pimientos y tomates en un par de jardineras y están dando sus buenos frutos. Aquí os dejo una foto de las lechugas que plantamos nosotros para que os animéis.



Y eso es todo por esta vez, espero que os sirvan los consejillos para llenar el frutero y no morir en el intento. ¡Hasta la próxima!

Fuentes:

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