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Un blog ecológico lleno de recetas, consejos y curiosidades
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domingo, 10 de marzo de 2013

Cuanto más sencillo, más sano

Parece obvio que a nadie se le ocurriría echarle gasolina a su coche diésel, a no ser que quisiera cargarse el motor. Sin embargo, no tenemos reparo ninguno a la hora de echarle a nuestro cuerpo cualquier sustancia, bebida o alimento que pillemos sin ni siquiera pararnos a pensar de qué está hecho o las consecuencias que puede tener para el buen funcionamiento de nuestro organismo (aunque sean a largo plazo).

Generalmente vamos al supermercado con el tiempo justo y vamos metiendo rápidamente en el carro los productos que ya conocemos sin mucho interés. Pero... ¿alguna vez has mirado qué ingredientes llevan o de dónde proceden?

Es hora de cambiar los hábitos alimenticios antes de tener que lamentarlo, ya que "el que no encuentra tiempo para comer sano, tendrá que encontrarlo para estar enfermo". Solo debes empezar a tener en cuenta algunas cosas básicas:

Lee los ingredientes antes de comprar cualquier producto. La mayoría de la gente solo mira las etiquetas para consultar el contenido calórico, pero hay muchas otras cosas más peligrosas para la salud que la cantidad de calorías o de grasas. Si lo que vas a comprar tiene azúcar o harina refinados, más de cinco ingredientes o muchos ingredientes desconocidos e impronunciables, deberías reconsiderar si de verdad quieres comprar ese producto. Por sentido común: si no sabes pronunciarlo, no te lo comas.


Sustituye esos productos procesados con ingredientes extraños por alimentos sanos y frescos, como las frutas y las verduras. Esto parece de lo más obvio y lo habréis oído cien mil veces, pero merece la pena repetirlo y además te ahorras pensar en las calorías o las grasas.


Cambia el pan blanco de harina refinada por pan integral. Pero ojo con el pan integral (sobre todo de molde) que se vende en los supermercados: si te fijas en los ingredientes verás más de 15 y algunos impronunciables. Vuelve a comprar el pan en la panadería del barrio. No solo ayudarás a los comercios locales, sino que además tu salud te lo agradecerá.

Empieza a consumir arroz, pasta y cereales integrales en lugar de los refinados. Asegúrate de leer bien los ingredientes de los productos integrales porque muchos de los que dicen serlo mezclan harinas integrales con refinadas.

Evita los productos procesados que contengan jarabe de maíz o sirope de glucosa entre los primeros ingredientes. Según algunos estudios, esos ingredientes no son peores que el azúcar refinado, pero son un indicativo de que es un producto muy procesado con escaso valor nutritivo.

 Aléjate de la comida basura de los restaurantes de comida rápida y empieza a hacértela en casa. Puedes hacerte una hamburguesa con carne de ternera 100% o nuggets de pollo caseros muy ricos y sin ingredientes raros o perjudiciales.

Empieza a comprar los alimentos frescos en mercadillos locales. De ese modo te aseguras el consumo de productos de temporada (que generalmente es cuando son más nutritivos) y, además, colaboras con el medio ambiente porque no es necesario transportar los alimentos cientos de kilómetros desde el campo hasta tu mesa. Y si puedes comprarlos ecológicos, todavía mejor, pero eso lo dejamos para otro día.
 

En resumen: compra tus alimentos con conocimiento y de forma responsable y cocínalos con cariño... o acabaremos comiendo gato por libre o caballo por ternera... 





Fuentes:

https://www.facebook.com/Foodinc
http://www.takepart.com
 





4 comentarios:

  1. Me ha encantado lo de sí mo sabes pronunciarlo, no te lo comas

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  2. Enhorabuena! Gracias a ti voy a ser más sano y feliz (aún)!

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  3. ¡Estupendos consejos, gracias! Cuidarse es bien sencillo y además resulta muy gratificante!

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